domingo, 8 de noviembre de 2015

Inúndame

El optimismo me ha inundado hoy con mucha fuerza, eso me gusta. Me gusta poder sentirme fuerte y luchadora, aunque no se me de tan bien como a mí me gustaría. 
Realmente, no me gusta sentirme débil... es algo que no es compatible como me muestro hacia los demás, pero la vida no me ha querido tratar bien, me ha puesto piedras gigantes en el camino y apenas tengo ayuda para poder apartarlas.

Pero hoy todo es distinto, me siento con ganas de mover yo sola las piedras, así no tengo que depender de nadie. No, ya no necesito a nadie, todo lo voy a hacer por mí misma.

Jamás he sido una persona que dependa de alguien, pero como persona que soy, en cierto modo, a todos nos gusta que alguien nos tienda su mano para hacernos las situaciones un poco más amenas y agradables. Pero en mi caso se acabó, ya no necesito ninguna persona en ningún menester de mi vida.

Ya no me tengo que preocupar de si alguien no está a la hora de la verdad, pues, ya que se quede en su lugar, por mi parte se puede quedar allí.

Tengo fuerzas para afrontar lo que me venga. Puedo sentir como mis grilletes han aflojado.

Sólo le pido al optimismo que me inunde con tantas fuerzas, que apenas me haga más daño en el pozo tan oscuro en el que he caído. Que me inunde de esperanza y paciencia para escalar piedra por piedra el pozo para salir de él, pues es demasiado profundo y de que salga he de poner las cosas en su lugar. Sólo pido eso, que me inunde de valentía y coraje, que allá voy, pues siento mis cadenas a punto de romperse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario