Tan solo quiero verte, saber como estás y sobre todo, saber de ti. Saber de tus andanzas, de tus sueños e ilusiones, qué te atormenta en tus noches de soledad y fuerte agonía.
Quiero conocer tus virtudes y sobre todo tus defectos, esos que te hacen ser la persona que eres. Quiero ver en qué persona has sabido convertirte y qué fruto has sacado de ello.
Quiero envenenarte el alma y atormentarte el espíritu con mis ideas, locuras y sueños, mas no quiero lastimarte con ello, pues no me lo perdonaría nunca.
Quiero mirarte a los ojos y que tú mires los míos. Que intercambiemos miradas furtivas y a la vez que sean dulces y cariñosas. Aunque realmente, no me importa el sentimiento, sólo quiero que nos miremos a los ojos.
Quiero que intercambiemos sonrisas temblorosas, que mostremos felicidad y nuestra timidez. Que sonriamos como dos imbéciles sin saber que decirnos ya que no encontramos las palabras exactas y tenemos que darle vueltas a la cabeza para encontrarlas.
Quiero pasear contigo en lugares tranquilos y poder contemplar el horizonte sin temor, sin tiempo ni demora; sin prisas y con ganas de disfrutar el momento.
Quiero ver contigo el amanecer, las puestas de sol y el anochecer con sus brillantes estrellas y silenciosos e inhóspitos rincones.
Quiero sentir tu aliento en mi nuca haciendo que se me erice el vello mientras me abrazas y me susurras leves palabras al oído mientras nos cogemos la mano.
Quiero que leas los poemas más bellos que alguien haya podido escribir jamás haciéndome reír o llorar por tan sublimes versos.
Quiero que me beses hasta hacer que me estremezca. Y quiero tus dulces besos en mi mejilla.
QUIERO, PERO NO PUEDO.
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