domingo, 2 de agosto de 2015

Una nueva andanza

Un nuevo comienzo, un nuevo proyecto... sí, un nuevo proyecto, no sé si éste por falta de entretenimiento o por grandes ganas de volver a escribir y ver de lo que es capaz de plasmar mi joven y entusiasmada cabecita.

Mi cabeza, esa que quiere volver a imaginar y de demostrar al mundo de lo que es capaz, que se ve con energía y fuerzas suficientes después de tener muchas cosas consigo misma.
Esos sentimientos desgarradores y taciturnos que no la dejan en paz y aún así ella es capaz de seguir adelante y ponerse firme como una gran jefa haciendo que siga funcionando todo mi cuerpo, la que deja al resto de mi ser como un montón de escombros, haciéndome demostrar que ella es la que manda y que yo solo soy su juguete, su títere...

Es ella la que con ayuda de sentimientos y de mis manos está escribiendo este pequeño texto. Este texto que en realidad no dice nada, muchas palabras pero realmente vacío, que triste...

Que triste comienzo para un Blog, ¿no creéis?, un espacio abierto en un mundo llamado Internet, donde millones de personas ahora mismo verán esto y lo leerán, ¿por qué?, ¿acaso vosotros y vosotras también os sentís vacíos como este texto? ¿también es vuestra cabeza la que os domina y nubla el pensamiento de una manera tan estridente y melancólica al mismo tiempo? ¿son los juegos de los sentimientos o las circunstancias de la vida?

Preguntas, preguntas y más preguntas... que caprichoso es el destino... "Destino Preguntón" lo llamaría yo, ya que cada día que pasa, no sólo hago estas preguntas, sino que las enredo más y más hasta que se convierten en un gran ovillo. Ovillo que la confunden a ella, sí, a esta señora que no solo me domina, si no que me hace entrar en su cruel juego de querer estirar del ovillo hasta convertirlo en un hilo kilométrico, pero lo curioso es que el juego nos sale mal porque el ovillo cada vez se vuelve más grande hasta que al final mi cabeza se queda confusa, taciturna y pierde todo su semblante. Las "cosas de la vida" lo llaman... al fin y al cabo, serán cosas, sí, pero son como este texto sin valor ninguno: Vacías.

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